Te has roto y sigues siendo una pieza entera.
Irónico,¿verdad?
Eso me dijo alguien un día.
Lo que no sabía esa persona es que hay grietas que están, que perduran con el tiempo, aunque no se vean.
Como un edificio que está a punto de derrumbarse aunque los que estén viviendo dentro no lo sepan.
Así es como estuve viviendo yo en ti.
Y hoy,
miro hacia atrás, y solo hay ruinas.
Lo que pasa es que olvidamos siempre que desde las ruinas también se puede volver a construir.
Dejemos que el tiempo sea quien construya por nosotros,
y no que seamos nosotros los que construimos por miedo a que el tiempo se nos eche encima.
Si nos agrietamos,
no es porque seamos frágiles,
sino es porque hemos confiado demasiado en unas manos que eran de lija.
Y es que,
un amor que se (auto)rompe,
y no se acuerda de las piezas que lo construían,
es porque nunca las echó de menos.
El pasado nunca se puede arreglar.
Para vivir está el futuro, que siempre nos da una nueva oportunidad.
Muy lindo.
Saludos.
¡Exacto! ¡Mil gracias! Un beso. Súe